martes, 18 de octubre de 2011

Lo ignoraba



                                               ¡Solo por fin! Ya no se oye más que el rodar de
                                                   algunos coches rezagados y derrengados. Por unas
                                                   horas hemos de poseer el silencio, si no el reposo,
                                                  ¡por fin desapareció la tiranía del rostro humano, y
                                                   ya sólo por mí sufriré!
                                                                            (Baudelaire)


Añoraba lo posible
lo que sucede o sucede
No sabía
frecuentaba incontables noches de relieve
un porvenir en el instante
que no me pedía nada
Era yo y el momento
pero aun así
estaba la búsqueda
de quebrar con el tiempo que se había detenido
La riqueza de sensaciones que se plasmaban en cada palabra
un hogar lleno de leña ardiendo desde adentro
y afuera:
el río tibio y la tormenta helada
en constante manoseo carnal
Bebía con las entrañas
me mareaba de locuacidad escrita
volaba el papel
Las hojas eran aves profanas
una herencia cautiva rompiendo la jaula maldita
lanzándose a ajustar cuentas con la poesía

Era hermoso

Yo ignoraba el tumulto
el enjambre repleto
la azarosa llegada de cientos
que atestan la mirada

Una puerta se abría
y era para salir a dar un paseo

en cambio

el portón deja entrar las multitudes
que enajenan el instante de la creación
y preguntan
Preguntan

Devestirme en la casi oscuridad
y en la poca luz
sufrir y alegrarme
Pero solo

Añoraba lo que fluye de la voluptuosidad
sin darme cuenta que no se encontraba aquí:
entre cientos
miles, millones y millones
de preguntas y respuestas
idas y venidas
miembros, torsos, caras y voces
que destruyen mi solitaria realidad.

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