domingo, 20 de noviembre de 2011

Día 3 de oniro

Tenso, primero tenso y después, 
devendrá.
Mi mirada atónita y mil brazos desarmando mis pasos. 
Caminar atormentado, luego correr. Víctima y verdugo en una carrera ansiosa.
El cementerio abre las puertas. 
Los mil brazos me abrazan y no me dejan salir. Por allá el perseguidor, y el día que se esconde con el sol.
Subir, bajar, subir, subir, parar.
Tres sirvientes de los que duermen, me miran sonrientes mientras almuerzan entre los bancos del lugar. Un lugar de altos techos, lleno de urnas, nichos y flores marchitas ahogándose de sed.
Y yo temeroso, a dos pasos de la puerta, 
no puedo correr.

1 comentario:

  1. Te paseas entre sueños y realidades desvalido ante las sombras y los sentimientos.
    Y no puedes escapar hasta que la luz de la razón se adentre en tu pensamiento.
    Me gusta.
    Felicidades.
    Un beso.

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